Vera cortó una sequía de seis partidos, convirtió su primer
doblete en el Rojo y ya piensa en la Copa.
Vera define como los dioses: metió doblete en Posadas.
Por Rocio Gomez.
El gol ya va a llegar”. Diego Vera nunca cayó preso de la
desesperación. La frase que pronunció 13 días atrás, pocos minutos después de
que Independiente demoliera a River por 3-0, delató que al delantero jamás lo
abordó el desasosiego a pesar de que llevaba seis partidos sin convertir y de
que Lucero ya había comenzado a soplarle la nuca. Sus palabras fueron un
presagio que ayer se concretó. El uruguayo tuvo su mejor partido desde que
desembarcó en el Rojo: no sólo convirtió su primer doblete, sino que también
salió del área para integrarse al circuito de gestación. Primero le abrió el
camino a su equipo. El uruguayo estuvo atento al movimiento de la última línea
de Crucero para no caer en offside, recibió un pase en profundidad de Vidal y
definió con un derechazo rasante que se metió en el palo izquierdo de Caffa. Y
tuvo una definición de manual en su segundo gol: Mancuello lo habilitó, eludió
al arquero con una gambeta larga y estampó el 3-0, esta vez con la zurda.
“No nos teníamos que confiar a pesar de que ellos ya estaban
descendidos. Tratamos de entrar jugando a dos toques y de ser lo más dinámicos
posible para generar situaciones. Hicimos un buen partido y pudimos hacer lo
que nos pidió el técnico”, analizó el charrúa, quien se erigió como la figura
de la noche en Garupá. “Hemos entendido rápido la idea del técnico y trabajamos
mucho para alcanzar este nivel. Vamos bien”, aseguró. Con el triunfo, el Rojo
se posicionó mejor para entrar a la Liguilla: “Queremos jugar la Libertadores
el año que viene”. Por lo pronto, el jueves deberán recibir a Independiente
Santa Fe, por la Sudamericana: “Ahora debemos ir por más: hay que ganar en casa
para definir tranquilos en Colombia”.
Fuente Olé
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