Papelón inaudito

Por Cristian Fernández

Independiente cayó ante Brown de Adrogué, equipo recién ascendido, por 2 a 1. El Rojo dio lástima en todas sus líneas y no demostró nada diferente con las nuevas incorporaciones, nos espera un duro torneo.

Increíble lo que se vivió en el Libertadores de América. Parece que todos los hinchas de Independiente vivirán una serie de terror que tiene más de mil capítulos. Esta vez el que le faltó el respeto fue Brown de Adrogué, aunque a juzgar por el cierre fue el propio equipo que presentó Miguel Angel Brindisi el que degradó la historia una vez más.

Ya de arranque el Rojo mostraba síndromes de abstinencia en la salida. Todo se reducía a Lucas Villalba y a un pelotazo a dividir entre Menéndez y los defensores. Algo que nunca tuvo un buen final. Montenegro y Razzotti no se hacían eje de fútbol y el local no dañaba. Mientras, los de Adrogué comenzaron a animarse. Assman ya había salvado con seguridad, pero a Monserrat lo desbordaban y por allí vino la apertura del marcador.

Fabro, un ex Independiente, tomó la pelota abierto por derecha, tocó y fue a buscar. Monse falló en el cierre, Velázquez cubrió un centro que nunca llegó y el zurdazo tibio de Fabro quebró la floja resistencia de Assman y lo imposible se hizo realidad. Brown ganaba en Avellaneda ante más de 30mil almas y una camiseta de Independiente ultrajada cada día más.

Iban 16 minutos y nadie lo podía creer. El Rojo fue a buscar el empate, aunque no tenía ideas. Recién las encontró en las subidas de Martín Zapata. Allí encontró el Rolfi el aliado necesario. Trejo también por izquierda comenzó a inquietar y recién a los 29 se logró el empate.

Desborde de Zapata, bien al fondo y penal. Maglio dudó unos segundos, pero el toque del defensor de Brown en el pie derecho del ex Belgrano provocó la infracción. Montenegro se hizo cargo, tomó mucha distancia pero lo impactó correctamente. El arquero nada que hacer y la igualdad se hizo escuchar en Avellaneda.

El Rojo fue en busca de más, pero no encontró muchos huecos. Es más, siempre parecía chocar y todo terminaba en un centro sin sentido. Y cuando ya estaba por llegar el final, Maglio tuvo que expulsar a Zapata y a Ruiz Díaz. Ambos se pechearon, un par de cabezazos, el informe del línea y la Roja en el aire para ambos. Perdió más Independiente.

Ambos con diez, Brindisi metió mano en el equipo ni bien arrancó el segundo tiempo. Mancuello y Miranda ingresaron por las bandas ocupando los lugares de Monserrat y Trejo. Línea de tres en el fondo y un cinco. Poca contención para las contras que empezó de arranque a encontrar el visitante.

Así fue que Assman tuvo mucho trabajo. Algún mano a mano, un par de cabezazos dentro de área y otra vez la infaltable calamidad de sufrir por tener muchos espacios sin cubrir en el fondo. Es que Mancuello no tiene el ida y vuelta de Trejo, y Miranda por su sector no volvía y así eran pocos en la última línea.

Morel hizo lo más que pudo, Villalba y Velázquez acompañaron, pero la realidad fue que la defensa comenzó a hacer agua y así llegó el segundo gol y, lo peor, el último del partido. Iban 17 minutos, muchos rebotes dentro del área y Sproat quedó casi en el área chica ante Assman y definió con mucha calidad. 2-1 y nada más. Antes, una gran jugada de Fabro. Independiente fue más con vergüenza que con otra cosa. Brindisi, para colmo, sacó a Penco y dejó a Menéndez. El polaco delantero tuvo un partido muy flojo.

Lo bueno del cambio fue el ingreso de Pisano. Demostró más que mucho. Se ganó varios aplausos y si alguno de sus compañeros hubiesen entendido su juego otra hubiese sido la historia. El Rojo tuvo la posibilidad de igualar, pero la poca claridad de sus ataques y Menéndez hicieron lo posible para que la derrota quede consumada.

Fue un arranque catastrófico, increíble y vergonzante. Una vez más, manchada la historia de Independiente. Es hora de salir a jugar en serio y pelear cada pelota como la última. Así nos van a jugar y nosotros tenemos que dejar lo mismo… si no será imposible.

Fuente Infierno Rojo