Por Favio
Verona y Vicente Muglia
Independiente
arranca su periplo en la BN y su gente ya le demostró una fidelidad enorme,
asociándose, pintando la cancha. Locura roja.
Aparecieron
en pleno proceso de desintegración. Irrumpieron cuando las deudas acuciantes
incineran las arcas del club y el temporal de inhibiciones sacude los
cimientos.
Emergieron
con las heridas aún visibles, alimentados por el inagotable combustible del
dolor, gobernados por la incertidumbre creciente, mascullando un infundado
recelo ante lo desconocido.
A los
dirigentes ni siquiera les hizo falta acicatear el orgullo de los hinchas.
Tampoco fue necesario aplicar métodos de incentivación o emplear cebos para
captar prosélitos. Cifras fidedignas desnudan un fenómeno cultural
incomprensible. Son datos concretos los que respaldan el marco teórico. A tan
sólo un día de cumplir 109 años, a nueve de la muerte de José Omar Pastoriza
(se cumplieron ayer), uno de las máximas figuras emblemáticas de su historia,
Independiente debutará en la B Nacional. En plena crisis, su gente decidió
salir a combatir el oprobio para encabezar el arduo proceso de reconstrucción.
Paradójicamente,
en el período previo y posterior al descenso se registró la mayor afluencia de
socios de la historia de la institución. Fueron 33.445 los hinchas que se
asociaron al club desde que se reabrió la inscripción en febrero de 2012, la
antesala de la debacle. Y 3.590 los que se incorporaron desde el lunes 17 de
junio, dos días después de la caída ante San Lorenzo que decretó el descenso. Con
92.767, el Rojo se ubica como el tercer club con mayor masa societaria de la
Argentina, lo que representa un ingreso mensual muy significativo e
indispensable para sustentar las actividades del club, ya que de todos ellos
sólo 11.995 vitalicios y 2.118 menores de siete años no abonan la cuota. Tan
relevante fue el aporte que ayer los directivos pudieron levantar las nueve
inhibiciones de jugadores que habían recaído recientemente por un monto de
$7.500.000 gracias al dinero de los socios.
Hoy, cuando
el Rojo comience a desandar su extenso periplo por el ascenso, unos 35.000
hinchas reventarán las tribunas. Anonadados quedaron los directivos ante la
masiva concurrencia que se detectó ayer en la sede para comprar plateas,
renovar abonos y asociarse a último momento.
Aunque no
debería sorprender a nadie.
Fueron los
socios los que pintaron las tribunas del estadio durante el receso, los que
compraron infinidad de bonos contribución durante el torneo Final, los que en
su momento desembolsaron hasta $ 5.000 per cápita para inscribir sus nombres en
el dorso de la camiseta, los que agotaron el stock en el lanzamiento del nuevo
modelo de la camiseta alternativa superando la demanda prevista a pesar de su
valor ($ 850), los que comenzaron a comprar los 345 palcos Norte que se
inaugurarán hoy y que financiarán las obras para concluir el estadio.
Y no se
trata de incurrir en frases trilladas que conducen a la demagogia barata.
Hoy,
Independiente subsiste por su gente.
Fuente Olé
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