Por Alejandro Fabbri, "DIARIO PERFIL".
Parece que se han puesto de acuerdo varios medios de
comunicación en calificar de gravísima la situación deportiva que vive
Independiente.
En las tapas de los diarios y también en diversos canales de
televisión se anunció que el plantel rojo iniciaba en la pretemporada “los seis
meses más importantes de su historia”.
Acostumbrados desde hace mucho tiempo a privilegiar las
noticias negativas, a hacer un culto del amarillismo y buscar sangre,
conflictos y situaciones donde quedan bien al desnudo las miserias humanas y
los errores cometidos, se pretende hacernos creer que Independiente está en un
camino sin retorno hacia la Primera B Nacional.
Ocurre que los números no demuestran semejante
afirmación.
Y que, por supuesto, “los meses más importantes de su historia” no
son estos tiempos mediocres en lo deportivo, pero enaltecidos por la dura pelea
que brinda la Comisión Directiva que encabeza Javier Cantero para erradicar el
accionar de los delincuentes que integran la barra brava del club.
Aquellos
momentos de gloria con la conquista de siete Copas Libertadores y dos Copas
Intercontinentales fueron, sin ninguna duda, los mejores de su enorme historia
Se entiende el sufrimiento de los hinchas porque el
equipo no ha mejorado demasiado y las posibilidades numéricas no son tan
sencillas, pero el panorama del cuadro que dirige Américo Gallego no es
imposible ni mucho menos.
Está claro que el durísimo antecedente de River es un
ejemplo que conmueve al hincha de Independiente, porque nadie imaginó el
desenlace con el poderoso club millonario jugando en el ascenso por primera vez
en su historia.
Pero entendamos algo también: son tres los descensos
directos y se acabaron las Promociones por decisión de AFA.
Hoy, Unión de Santa
Fe, Quilmes y el Rojo de Avellaneda están perdiendo la categoría, aunque San
Martín de San Juan quedó unos centésimos por encima del atribulado
Independiente.
La distancia es mínima y para nada insalvable.
Si pasamos el peine fino sobre los implicados en la
lucha por evitar el descenso, nos encontramos con panoramas muy distintos.
Unión atraviesa la peor racha de su larga historia en Primera A, porque acumula
una increíble serie de 23 partidos seguidos sin ganar. Su última alegría se
produjo el 19 de mayo pasado y si uno observa aquel plantel que logró conservar
la máxima categoría, se dará cuenta que la diferencia es sustancial. Se fue
Darío Kudelka, pasó sin suerte Nery Pumpido y le tocará a Facundo Sava el
intento de conseguir una hazaña.
Es que sería realmente milagroso que Unión consiga
salvarse. Un piso de 35 puntos le daría alguna posibilidad, pero si pensamos
que consiguió escuálidos 7 en el Torneo Inicial, suena a quimera. Encima, con
un plantel debilitado y sin refuerzos. Si recordamos que Newell’s y Belgrano
fueron los escoltas del campeón Vélez con 36 unidades, nos daremos cuenta de la
dimensión del esfuerzo que deberá realizar el cuadro santafesino.
Prácticamente condenado Unión, la suerte no parece
acompañar tampoco a Quilmes.
Los cerveceros regresaron a Primera y arrancaron
con todo: golearon al Boca de Falcioni, perdieron un solo encuentro en las
primeras siete fechas, pero luego decayeron notablemente, al punto de que
obtuvieron un solo triunfo (1-0 a River) en las últimas once jornadas.
Acumularon apenas 17 puntos y tienen la ventaja de tener un partido pendiente,
contra Tigre, que aún no tiene fecha de realización porque el cuadro de
Victoria juega la Copa Libertadores.
Vale la pena recordar que cuando Quilmes protagonizó
esa gran remontada de la mano de Ricardo Caruso Lombardi en 2010/11, quedó a un
partido de evitar el descenso, pero no llegó: no le alcanzaron los 39 puntos y
la derrota en la última fecha contra Olimpo, encima, provocó que River jugara
la Promoción contra Belgrano y descendiera. Recuperando el partido contra
Tigre, los cerveceros podrían reunir 20 puntos y necesitarán no menos de 28
unidades para tener chances.
Si se produce el traspaso de Cauteruccio a
Independiente, las chances de uno y otro se modificarán mucho, dado el
rendimiento del uruguayo en Quilmes. Puede ser, inclusive, una transferencia
que modifique la relación de fuerzas de manera definitiva.
El panorama se completa con los sanjuaninos. El cuadro
de San Martín es complicado, pero su suerte está atada a la lucha deportiva que
pueda mantener con Independiente. Una mala cosecha de puntos lo dejó mal parado
y al borde de la zona roja. La complicación en la tabla del Inicial tiene
explicaciones: San Martín ganó tres de los diez partidos que disputó en San
Juan y no pudo hacer pesar su localía. De movida, el cuadro verdinegro deberá
recibir a San Lorenzo y luego tendrá que afrontar choques contra Colón,
Newell’s, Vélez y Racing. Las cinco derrotas en las primeras cinco jornadas del
Inicial, provocaron el cambio de entrenador.
San Martín mejoró con Gabriel Perrone, pero tampoco
pudo crecer lo suficiente. Hace 8 partidos que no gana. Sufrió las lesiones de
Bogado y Mattía, más el alejamiento de Grabinski, pero se reforzó con Damián
Ledesma y Santiago Hoyos. Su pelea será mano a mano contra Independiente,
porque ambos tienen un promedio similar. Se enfrentarán en Avellaneda, cerca
del final del torneo.
Con el aporte de Montenegro –más juego y más goles- más
el refuerzo adicional que llegue (el uruguayo Cauteruccio o algún otro
delantero), Independiente dará pelea desde un lugar que no es el peor de todos
ni mucho menos. Ya habrá tiempo de analizar su fútbol. Mientras tanto, los
discursos tipo catástrofe quedan claramente a un costado.
Fuente Diario Perfil
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