Loquillo, con la ocho roja.
Gustavo Grabia | Ggrabia@ole.com.ar
Loquillo, capo barra, fue a Domínico y le pidió a Milito que
el plantel colabore con ellos.
Se llevó un no.
Desde que el club decidió cortar el grifo que en la
administración Comparada estaba abierto a full, la barra de Independiente
comenzó a buscar otras fuentes de financiación.
Porque aunque parezca insólito,
ellos se creen con derecho a que les paguen, como mínimo, los viajes y las
banderas para seguir a su equipo.
Con este objetivo, el lunes, Loquillo, nuevo
jefe de la tribuna Roja, se acercó a la sede a ver si podía convencer a la
dirigencia de que le den el efectivo necesario para fletar dos micros para el
partido de esta noche en Salta.
La respuesta que recibió fue rotunda.
Entonces,
avisó que no se quedaría de brazos cruzados.
Y cumplió.
Ayer por la mañana
apareció por Villa Domínico, donde se entrenaban los jugadores que no viajaron
para la Copa Argentina, en su mayoría los titulares.
Y en un momento dado,
acompañado por otro barra, logró generar un cónclave con Gabriel Milito,
capitán del equipo.
Ahí llegó su pedido: dinero para viajar a Salta (según
fuentes del club, el monto ascendía a 8.000 pesos).
El referente le contestó
que no tenía potestad para decidir sobre el tema pero que su opinión personal y
en principio la del resto, en consonancia con la de la dirigencia, era no dar
nada.
Entonces Loquillo dio media vuelta y se fue.
Y si bien todo transcurrió
pacíficamente, nadie apuesta qué puede llegar a ocurrir en caso de una derrota
esta noche y otra el domingo, en La Bombonera.
Porque la barra parece no
entender que la era de sus privilegios, terminó.
Fuente Olé

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