Por Fabián Rodriguez
Independiente atraviesa el mejor momento desde que comenzó
la reconstrucción post descenso en 2013. Logró acomodar sus finanzas, mejoró
las instalaciones, terminó el estadio y se reinsertó en los primeros planos.
Hoy está próximo a disputar su torneo preferido: la Copa
Libertadores. El sueño de alzar la octava late en cada uno de los hinchas, pero
la razón no debe obnubilarse. Recordar el pasado inmediato permite entender las
consecuencias del despilfarro. Es tan cierto que el Rojo volvió a contar
dólares como que las inversiones son apuestas riesgosas en busca de progreso.
Esto no implica perder el rumbo equilibrado desde 2014, que llevó a la actual
situación.
La cifra que cuesta el pase de Belluschi es un exceso para
un jugador de su edad. El talento no se discute, aunque hay límites que no se
pasan porque las Copas no perdonan.
Fuente Olé
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