El día que esperábamos llegó. El día más significativo en lo
que va del siglo, no le quepa a nadie ninguna duda. En esta final de copa se
reúnen todo tipo de sentimientos muy pero muy fuertes y profundos para todas
las generaciones de las familias rojas, y esto no es broma. Cerrá los ojos y
dejate llevar…
Pensá en el más viejo de la familia. Ese que en las arrugas
lleva todas las historias del Rojo, el que te habla de Sastre, de Sá. Sí, ese…
ese que ya se está despidiendo de la vida. Hoy tiene la chance de irse hecho,
de irse satisfecho, con los brazos en el cielo, con un Independiente un poquito
más parecido al que conoció.
Buscá ahora en tu mente a los intermedios, a esos que
vivieron verdaderamente la gloria del Rojo y que le inculcaron a todos los
familiares la esencia independientista.
Pensalos bien, porque son los que más
sufrieron la caída del rey, y son ellos en donde más caló hondo la debacle,
buscando respuestas en donde no hay, buscando una explicación en los rincones
de la nada.
Después mirá a los jóvenes, esos que nacieron con los
últimos chispazos de Independiente. Esos que los últimos títulos los vieron en
la primaria, y que se acostumbraron con cierto recelo a las últimas décadas que
nos tocó vivir. Para ellos también se juega el partido de la vida, porque
mirarán a su viejo, a su tío o a su abuelo y les dirán: “viste, jovato,
Independiente te iba a regalar esto también“, con un poco de lágrimas en los
ojos.
Y por último están los pibes, la generación de Agüero… ¡Cuánto
le debemos a los chicos, a tu hijo o hija, nieto o nieta, que no pudieron
disfrutar al Rojo como todas las otras generaciones! Hoy se podrá, por qué no,
fraternizar un abrazo eterno para que se sumen al gran sentimiento rojo, a la
gloria y la grandeza.
Es hoy Independiente. Para todas las generaciones… para los
que no podían creer en el descenso, y también para aquellos chiquitos que
nacieron con el Rojo ahí donde nunca se tendría que haber ido. Hoy acordate del
abuelo y no le pongas cara cuando te hable de la primera Libertadores… hoy
acordate de los tíos y los viejos y agradeceles ese día que te llevaron a la
Doble Visera. Y acordate de los nuevos, de tu pibe, de tu ahijado o tu sobrino,
porque será para ellos también.
Juntémonos todos, los que estamos en este mundo terrenal, y
los que ya no están también. Invoquemos a nuestros ancestros independientistas,
con el abuelo y la abuela, el viejo, la vieja, los primos que viven lejos,
todos juntos por una dosis de locura más.
Fuente Infierno Rojo
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