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jueves, 14 de diciembre de 2017

¡Qué redención, pibe!



Cuando Independiente perdía 1-0 y se le complicaba la final, Ezequiel Barco marcó el único penal que sancionó Wilmar Roldán y, con el empate, el Rojo se consagró campeón. Meses atrás, había fallado uno con Lanús, que costó la clasificación a la Copa Libertadores.

En el Maracaná, cuando Independiente caía 1-0 con el gol de Lucas Paquetá, Wilmar Roldán sancionó penal sobre Maximiliano Meza.

Ezequiel Barco, con solo 18 años, se hizo cargo y, con un derechazo bajo y cruzado, venció al arquero César, que se había tirado al otro costado. De esta forma, el Rojo volvió a gritar a lo grande luego de siete años.

Meses atrás, había fallado otro con Lanús. En la última fecha del torneo pasado, el Rey de Copas se jugaba la clasificación a la Copa Libertadores. Si bien ganaba 1-0 con gol de Emiliano Rigoni, la visita lo igualó con gol de Nicolás Aguirre. Con el 1-1, Barco tuvo un penal, pero Esteban Andrada se lo adivinó y el juvenil rompió en llanto.

Si, costó la clasificación.

De todos modos, con el penal a Flamengo, la Joyita festejó por partida doble: No solo le dio la clasificación a la Libertadores a Independiente, esa que se había negado contra el Granate, sino que también valió nada más y nada menos que una nueva Copa para Independiente.

¡Qué redención, pibe!




Fuente Infierno Rojo

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