Por Fabián Rodriguez
Diego Rodríguez desea coronar el buen 2017 con un título.
Hay que defender lo que se hizo en el año, afirmó el volante que se afianzó en
el equipo.
Cuando era chico chocaba contra todo. Era atropellado y de
meter mucho en el baby fútbol. Por eso, la mamá de Jonathan Techera, un amigo
que conservo desde la infancia, me puso Torito”, mientras habla, Diego
Rodríguez mira hacia el horizonte con una sonrisa, la memoria lo traslada a la
época en la que jugaba para Aviación Lezica, el club del barrio donde se crió y
se formó antes de pasar a Defensor Sporting. Ese pasado entrañable, de espíritu
amateur, se conecta con un presente profesional repleto de satisfacción, producto
de las decisiones que marcaron su destino. Podría haber ido a Belgrano en el
verano, en busca de un lugar que, a priori, Ariel Holan no le iba a conceder.
Pero él no se rindió, creyó en sus cualidades y valoró las dificultades que
superó para llegar a Independiente. Y con el transcurso del tiempo, este
admirador de Andrea Pirlo se convirtió en una pieza fundamental del Rojo.
-A principios de año tuviste la chance de irte, pero te
quedaste a pelearla. ¿Cómo llegaste a esa determinación?
-Cuando tomé la decisión estaba seguro de lo que hacía.
Sabía de los riesgos que corría y que quizá no jugaría en todo el semestre.
Realmente confiaba mucho en mí, en el trabajo que me había traído a
Independiente. Y el tiempo me terminó dando la derecha. Este presente es muy
gratificante, sabiendo que a base de sacrificio y perseverancia, como ha sido
toda mi carrera, se pueden lograr los objetivos.
-Con lo que cuesta estar en un grande, resulta muy difícil
marcharse...
-Sí, lo es. Me costó mucho llegar a Independiente. Es una
institución grande y uno siempre soñó con estar en un club de esta envergadura.
El irme de esa manera no era lo que quería y elegí quedarme.
-Lo que serán las vueltas de la vida. Ante Nacional todo el
estadio te ovacionó por primera vez con el clásico: “¡Uruguayo, uruguayo!”.
-El apoyo de la gente es muy gratificante. Y también del
plantel. Cuando debía decidir lo que iba a hacer en el vestuario me dijeron que
me quedara a pelearla. Así que soy un agradecido a los hinchas y a los
compañeros que me apoyaron. Hoy la paso muy bien en el día a día.
-¿Te tomó por sorpresa el grito de la gente? ¿Cómo
reaccionaste?
-Sí, me sorprendió y me sentí muy contento. Después, en el
vestuario me cargaron...
-¿Quiénes?
-(Se ríe) Aunque no lo creas, Jonás Gutiérrrez. Lo que pasa
es que yo lo cargué la semana anterior cuando la gente lo ovacionó a él. Otros
que me cargaron fueron Albil, Gigliotti y Nery Domínguez.
-Eso habla de la unión, la buena convivencia y del momento
del equipo.
-Sin dudas. Se nota cuando jugamos de local. La gente está a
gusto y nosotros tratamos de contagiar desde adentro de la cancha. Todos
estamos disfrutando el momento de Independiente y esperemos coronarlo con un
título. Eso sería lindo porque no queremos quedar en la nada, sería importante
para nosotros. Por eso, hay que ir partido a partido en la Copa Sudamericana,
que es el objetivo principal.
-Es tu tercer año en el club, ¿notaste el cambio de ánimo en
la gente?
-Sí, lo notamos. Queremos seguir por este camino porque los
que estuvimos en otro momento sabemos que no está bueno lo que pasaba antes.
Ahora es otra cosa.
-En Córdoba, en la puerta del hotel, unos hinchas colgaron
una bandera con la leyenda: “Gracias por devolvernos la identidad”.
-Sí, realmente es muy lindo cuando la gente empuja y nos da
su apoyo. Por eso, hay que defender lo que se hizo en el año.
-¿En cuánto influyó Ariel Holan?
-Mucho. El nos contagió esta pasión. Nos contó su historia y
lo que genera Independiente en él. Además, en los trabajos diarios nos inculcó
la idea de juego que pretende llevar a cabo los fines de semana, buscando que
el club vuelva a su lugar.
-También hay un vínculo con la historia al relacionarse con
los ídolos. ¿Cómo describís esta experiencia?
-Está bueno porque la historia grande de Independiente la
marcaron ellos. Dejaron la vara muy alta, por eso es muy lindo que ellos nos
den consejos y compartan sus vivencias. Yo tomo lo que nos dicen. Por ejemplo,
el Chivo Pavoni ha hablado de cómo patear penales. Siempre los escuchamos y
tratamos de corregir errores.
-¿Cómo evaluás tu presente?
-Estoy con confianza, seguro de lo que hago. Si bien no soy
de los más grandes, me siento con cierta responsabilidad hacia los chicos. Por
eso, trato de asumir ese rol.
-Encima te animás a patear seguido...
-(Sonríe) Son situaciones de juego. Trato de, por lo menos,
acertarle al rectángulo. Confío en mi pegada y si puedo hacer un gol cada
tanto, mejor para el equipo.
-Jugaste en el medio con Domínguez, Domingo y Jonás
Gutiérrez, ¿cómo te adaptás a cada uno de ellos?
-Esas son las buenas alternativas que tiene el entrenador.
Personalmente, trato de adaptarme y de jugar en función del compañero que me
toque. Con Nery jugamos de memoria en el semestre pasado, con Nico trato de
soltarme y con Jonás intento darle libertad y hago los relevos.
-¿Cómo imaginás los partidos que tendrán contra Libertad?
-Va a ser un rival muy duro porque tienen gente de
experiencia. Confiamos ciegamente en lo nuestro, en lo que venimos haciendo en
el torneo y en la Copa Sudamericana. No vamos a cambiar nuestra identidad de
juego. Tenemos mucha ilusión y el compromiso está al 110%.
-¿Qué virtudes le notás?
-Tienen muy buen juego aéreo y cuentan con la experiencia y
el roce internacional de Tacuara Cardozo, Santiago Salcedo y Paulo Da Silva.
Nosotros somos un equipo dinámico, que intenta jugar siempre y si tomamos
recaudos confiamos en lograr buenos resultados.
-¿Cómo te imaginás fin de año?
-Ojalá que el 13 de diciembre podamos festejar la obtención
de la Sudamericana. La verdad es que no quiero ir más allá porque le estaría
pifiando. La ilusión de la gente es la misma que tenemos todos. Sabemos que
Independiente necesita un título, y este plantel también lo precisa.
Fuente Olé
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