El resultado detrás del trabajo

Entrenamiento de Independiente.

Por Demian Meltzer

El día del 0-0 contra Lanús, Independiente generó 12 situaciones de gol y -arquero rival mediante- no metió ninguna. Por un puntito, no alcanzó el objetivo de clasificarse a la Libertadores 2018 aunque igual llovieron los aplausos y los hinchas se fueron llenos de fútbol. Al partido siguiente, el equipo goleaba 4-0 a Iquique, en un primer tiempo de novela, pero se durmió en el segundo y los chilenos descontaron dos veces. ¿Alguien criticó que los jugadores no hayan metido la cola contra su arco? “En nuestra época, si íbamos ganando 4-0, seguíamos yendo para adelante para hacer más goles”, bancó la insistencia en la búsqueda ofensiva un tal Ricardo Enrique Bochini. Hay un cambio de mentalidad en la vereda roja de Avellaneda. Y el responsable es Ariel Holan.

“No llega a marzo”, se lo castigaba al técnico al que los amistosos del verano no lo habían acompañado. Del palo del hockey, se metió en otro deporte como analista de videos de Burruchaga en el Rojo y, luego, como ayudante de Almeyda en River y Banfield. Hasta que Defensa le permitió largarse solo y, con pocos recursos, generó adhesiones con un juego de pelota al piso. Con Gaby Milito eyectado del banco, lo convocó Moyano. Un audio de WhatsApp filtrado en el que Holan aseguraba que de la crisis no se sale “con espalda” (“yo lo vi a Burruchaga irse en nueve meses y ahora a Milito en seis”, también decía) , sino con “capacidad y gestión”, le valió una catarata de cuestionamientos del propio Burru, el Bocha y Bertoni. El campeón mundial 78 criticó sus pergaminos: “Hoy con muy poco te alcanza para dirigir a un grande”. Pero con el desembarco de los drones, también llegó un DT que, fruto del sentir que él había mamado, logró que los jugadores se comprometan con el escudo, que los hinchas vuelvan a identificarse con el equipo y que algunos de esos ídolos que lo lapidaban, elogien su revolución y, como Bertoni, incluso le pidan perdón.

Fuente Olé