Por Matias Carusso
Durante su ciclo al frente de Independiente, hay pocos
aspectos que se le pueden reprochar a Ariel Holan. Sin embargo anoche el
técnico cometió un error y el resultado lo dejó en evidencia. Desarmó el doble
cinco y dejó abierta una serie que parecía liquidada.
Con la diferencia de cuatro goles conseguida en los primeros
45 minutos, el escenario era ideal para jugar como mejor sabe hacerlo este
equipo: de contra. Para ello era necesario tener a los futbolistas que
entendieran cómo debía disputarse el complemento.
Allí tenían que sobresalir las figuras de Diego Rodríguez y
Nery Domínguez, encargados de administrar los tiempos del partido. Pero a los
24 minutos del complemento, Holan vio “fatigado” al ex Rosario Central y lo
sacó. Más allá del cansancio o no del jugador, en vez de poner a Leonel Álvarez
(volante de marca), optó por Martín Benítez. Las condiciones del encuentro
estaban dadas para que el volante central continúe sumando minutos, pero el
técnico quiso darle más dinamismo al ataque.
A partir de esa modificación, el Rojo comenzó a
desdibujarse: perdió el control de la pelota, estuvo impreciso en la transición
defensa-ataque, dejó venir al rival y le hicieron dos goles. Meza volvió a
demostrar que se siente más cómodo por el frente de ataque que al lado del
uruguayo y cuando Holan se dio cuenta de esto ya era tarde. Reemplazó al ex
Gimnasia y puso a Álvarez sobre el final del partido. El resto es historia
conocida: llave abierta por el 4-2.
Desarmar esta pareja de medios no es un caso aislado ya que
el entrenador lo hizo anteriormente. Como por ejemplo contra Boca (0-3), Vélez
(1-1), Rafaela (1-1) y Aldosivi (0-0), cuando alternó a alguno de los dos con
Walter Erviti. En contraposición, el Torito y Nery jugaron juntos 12 partidos
-9 desde el arranque- y completaron 767 minutos. Durante ese período de tiempo,
Independiente marcó 22 goles y recibió 6.
Estos números y el funcionamiento explican que esta sociedad
no puede permitir ser desarmada bajo ningún punto de vista, más allá de alguna
eventualidad. La dupla Rodríguez-Domínguez es intocable. Ahora Holan tendrá dos
semanas para dilucidar cómo maquillar ese error que dejó a los chilenos
ilusionados y lograr el pasaje a la siguiente ronda de la Copa Sudamericana.
Fuente LxR
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