Escrito por Cristian Fernández
Arsenal salió muy concentrado y aprovechó todos los errores
en defensa con los que Independiente dejó pasar una buena chance de subirse al
pelotón. ¿El Resultado? 3-1 para los del viaducto con goles de Burdisso, Milito
en contra, Zelaya. Para el Rojo descontó Parra.
El Rojo salió dormido y Arsenal muy metido en el partido.
Los primeros 30 minutos fueron un monólogo de un equipo atento a cada instante
del partido y otro que nunca encontró el camino. Los de Cristian Díaz chocaban
con la presión del local, con el cerrojo planteado por Alfaro, con su propia
imprecisión y con un comienzo en el que salió todo mal.
Ya a los 7 minutos le cabecearon en el área y fue Gabbarini
quien desvió al córner. Justamente de ese tiro de esquina Arsenal abrió el
marcador. Fue Guillermo Burdisso quien aprovechó el quedo de Galeano y facturó
con un cabezazo que le permitió al local desarrollar su mejor juego.
Con la diferencia a su favor, Arsenal se mantuvo en su campo
de juego, concentrado tapando a los receptores y motivando al pelotazo
intrascendente de Gabriel Milito, Fernando Godoy o Leonel Galeano. El Rojo
estaba sin juego, sin ideas, presionado y con el correr de los minutos
desgastado por la imposibilidad de hacer lo que quiso plantear.
Los de Cristian Díaz seguían en una siesta interminable y
Arsenal sacaba rédito. Apretaba y tenía chances de aumentar. A los 24,
aproximadamente, hubo un penal clarísimo sobre el Tecla Farías que Pompei
obvió. Minutos después, un tiro libre de Leguizamón pegó en el travesaño y dos
más tarde llegó el segundo gol de la tarde.
Falta en la mitad de la cancha, la defensa no baja de las
nubes, los de Alfaro apuran la jugada, Leguizamón llega hasta el fondo, lo
elude fácilmente a Galeano y tras enviar un centro al pulmón del área chica
encontró la cabeza de Milito. Sí, el Mariscal, que también anduvo mal, metió la pelota dentro del
arco de Gabba y decretó el 2-0.
De a poquito el Rojo intentó. Tuvo una par de jugadas de
media distancia, pero la más clara estuvo en los pies de Villafañez. El
delantero juvenil en vez de descargar al medio que entraba Farías, el Pato y
Velázquez decidió rematar al arco y se encontró a Campestrini que no sólo
detuvo la pelota, sino que además, hundió la expectativa del visitante de
acercarse al marcador.
A los 32 se pierde una chance increíble Legui y un rato más
tarde sale lesionado (afección muscular). Esto pareció que sería bueno para Independiente.
Sin embargo, a los 41 fue Zelaya el que cabeceó solo en el área y puso el 3-0
con el que se fue el primer tiempo. Mal en defensa y en ataque el Rojo. Arsenal
implacable.
Iban casi dos minutos del segundo tiempo y las dos barras se
comenzaron a pelear. Llovían piedras desde afuera y la policía comenzó a ser su
parte. Esto mantuvo detenido el partido durante 6 ó 7 minutos.
A los 11 minutos, tras un tiro de equina mal tirado, una
contra de Arsenal comandada por Diego Torres terminó en un derechazo cruzado de
Benedetto que se fue cerca del segundo palo. Al Rojo le costaba mucho.
Cristian Díaz metió mano en el banco. Ya de arranque había
puesto a Parra y a Vallés por Argachá y a Galeano. A los 18 minutos mandó a
Pizzini y sacó a Godoy (de pobre rendimiento también). Sí, el Rojo terminó el
partido jugando con dos puntas bien marcados y casi tres enganches.
Con esta cantidad de hombres en ataque el Rojo inclinó la
cancha, pero no encontraba espacios por el cerrojo de Arsenal y por las propias
limitaciones que mostraba el equipo. Sin embargo, tras un centro de Vallés,
Parra la peleó con todas sus ganas y definió ante la salida de Campestrini,
3-1.
A partir del descuento el Rojo parecía llevarse por delante
al Arse. Sin embargo, Pompei expulsó a Velázquez y se hizo cuesta arriba. Tuvo
una el Tecla, tras un rebote de Campestrini, pero el goleador definió mal con
zurda y se fue desviado. Vale aclarar que hubo penal contra Parra en esa misma
jugada. Unos minutos después fue Parra el que sorprendió desde lejos al arquero
rival, pero la pelota quedó en el techo del arco.
Fueron pasando los minutos y mientras Arsenal hacía lo
imposible para que el tiempo pase, el Rojo no podía acercarse en el marcador.
El partido se fue destruyendo de a poco y se hizo muy raro. Pompei se encargó
de que Independiente no creciera y los de Alfaro siguieron haciendo lo que
mejor saben hacer y cerró el match sin sobresaltos.
Fuente Infierno Rojo
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