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sábado, 12 de mayo de 2012

El club de la revolución




Escrito por: Lucas Sawczuk @lucassawczuk

Somos pueblo, revolución, orgullo. Somos luchadores de otro round épico dentro de una historia llena de magia que algunos mercenarios intentaron manchar. Quizás estropearon algunas páginas en blanco, pero con una pelea limpia, pura y sentimental, logramos reescribirla. Independiente es eso: una lucha permanente, un lustro histórico del que hoy fueron parte muchos otros hinchas, esos mismos que ensalzan el fanatismo del fútbol.



La noche tuvo una estrella que brilló por sobre el resto. Fue Javier Cantero quien izó una bandera de combate contra los violentos, el único presidente del fútbol argentino que se plantó de verdad y dijo “basta”, que le regaló una caricia a los maltratados hinchas del fútbol. Sí, “HINCHAS”, porque eso de genuinos no existe. Hay una sola clase de fanáticos, los demás son mercenarios, lacras sociales que apuñalaron la pelota hasta desangrarla.

La noche también tuvo constelaciones que brindaron un espectáculo conmovedor. Fueron ese millar de hinchas de todos los colores que se agolparon en Mitre 470 para exigir un fútbol sin barras, sin violencia ni negocios sucios. Para ponerle un torniquete a la pelota y mimarla, como no saben hacer ni la Justicia, ni el Estado, ni el Coprosede. Lástima que ningún dirigente de otro club puso las pelotas sobre la mesa y, en vez de escuchar a sus socios, prefirieron “ayudar” desde el teléfono. Una pena.

Podrán confundirnos, aturdirnos, hacernos llorar de bronca. Podrán amenazarnos, golpearnos, sacudirnos, enfrentarnos. Podrás ponernos trabas, cerrarnos puertas, vendarnos los ojos. Podrás doblarnos el brazo una vez. Podrán dejarnos al borde del nocaut. Pero nunca, jamás, podrán tirarnos a la lona y callarnos. El corazón gritará mil veces más fuerte que esos bolsillos vacíos de sentimientos y pasión.



Independiente, el inmenso Independiente, marcó un camino de la mano de su presidente. Sus socios y sus hinchas, captaron el mensaje y regaron una semilla que dará que hablar. No sólo por sus frutos que explotarán en un futuro no muy lejano, sino por esas grajeas doradas que relucirán en su historia. Nuestros hijos y nuestros nietos sabrán que existió un hombre que le devolvió un poco de grandeza a un club que quisieron destruirlo.

Pero como dijo ese hombre un 18 de diciembre de 2011:

INDEPENDIENTE NO SE TOCA


Fuente Muy Diablo

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