Hombre nacido en Florencio Varela, de 36 años recién
cumplidos, lleva al Rojo en su ADN: jugó en Inferiores, en la Primera y ahora
lo dirige. Aquí repasa vivencias de su último tramo como futbolista, en Huracán
y Arsenal, y de sus primeros cartuchos como entrenador de su querido
Independiente.
MIRANDO EL CLASICO DE AVELLANEDA, un recuerdo imborrable. Le
tocó dirigirlo por primera vez en el actual torneo Clausura. Independiente
derrotó a Racing 4 a 1.
La nota original salió
publicada en la edición de mayo de 2012 de El Gráfico. A continuación, un
complemento exclusivo para nuestros lectores web.
ME COSTO salir de la lesión en el tendón de Aquiles. Al
recuperarme, la única opción era jugar en Huracán para la temporada 2006/07.
Seré un agradecido a ese club, porque me abrió sus puertas. Y ahí era ascender
o nada. No había punto medio. Y ascendimos a lo grande, con un grupo de hombres
que se repuso tras una situación difícil que fue haber perdido una final dura y
recordada ante San Martín de San Juan. Después, le ganamos la Promoción a Godoy
Cruz y subimos a la A. No resultó fácil: recorrimos un largo camino. Todos nos
querían vencer, porque éramos -a priori- el equipo más fuerte de la divisional.
Esto es lo mismo que River sufre en la actualidad. Entonces, cada semana la
vivís como la última.
A ARSENAL fui porque había competencia internacional, que
era algo que me faltaba en un equipo de la Argentina. Me encariñé con el club,
y ahí me respetan y me quieren. Tuve la suerte de obtener la Sudamericana en
2007 y la Suruga Bank en 2008. Aquellos títulos quizás eran impensados para un
montón de gente, pero no para nosotros, los futbolistas, el cuerpo técnico y
los dirigentes. Hicimos las cosas muy bien y se concretó.
EL RETIRO lo venía madurando porque tuve dos lesiones
importantes, a los 28 y a los 30 años, y por mi edad. Y encima en noviembre de
2008, en Arsenal, me rompí la rodilla izquierda. Peor. Entonces, me quedaban
seis meses de contrato y, como no tenía la voluntad de pasar por una
recuperación larga y tediosa, decidí jugar con la rodilla rota. Esto no me
salió bien, porque nunca estuve al cien por ciento. La rodilla se me movía, y
le puse fin a mi carrera meses después, en 2009. Le di la mano al presidente y
me fui para mi casa. Hice el luto en vida por la lesión. Igual, había cosas que
me costaban, y que antes no. Y una victoria ya no me generaba alegría, sino
tranquilidad. Estas cosas también pesaron un poquito para tomar la determinación.
PEZZOTTA NO me echó por falta de experiencia en la victoria
ante Racing por 4-1. Son cuestiones del partido, que el propio encuentro te
lleva a un lugar donde uno no quiere ir. Esto se produce por la vorágine del
mismo. Deseo que no me vuelva a pasar. Si bien estoy tranquilo en general, vivo
los partidos con mucha pasión porque amo este trabajo.
DANTE PANZERI ya lo dijo: “El fútbol es la dinámica de lo
impensado”. Y ocurren cosas que no están, en principio, en la cabeza de nadie.
Nosotros creíamos que éramos capaces de vencer a Boca, y le ganamos finalmente.
Y el hincha también confió en el equipo, porque nos acompañó en gran número a
la Bombonera.
NO ESPERO a la pretemporada para realizar ciertas cuestiones
de trabajo. Pese a que dirijo a la Primera de Independiente desde marzo, el
tiempo de trabajo que tuve y que tengo es mucho porque se aprovecha cada día
para mejorar.
NI CUANDO era futbolista me agradaba que echaran a un
entrenador. Los contratos están para cumplirse, sean de técnicos o de
jugadores. Pero esta es la realidad que existe en la Argentina. Si lo pudiera
cambiar, lo haría. Aunque no se puede.
TENGO LAS cosas claras. Sé lo que pienso sobre el fútbol, sé
el camino a desarrollar a nivel declaraciones y sé cómo quiero trabajar. Lo más
importante, de todas maneras, es el trabajo diario junto a los jugadores en el
campo de juego.
LO QUE más disfruto en el ambiente del fútbol es el día a
día, ver un partido, entrenar al equipo. Me gusta trabajar, planificar y
organizar diferentes cuestiones.
La entrevista completa a Cristian Díaz para la sección
Confieso que he aprendido aparece en la edición de mayo de 2012 de El Gráfico,
que está en todos los kioscos de diarios y revistas.
Darío Gurevich
Twitter: @dariogurevich
Fuente El Gráfico
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